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Riesgo Climático
Sintonía fina frente al clima

Con zonas con bajas reservas de humedad, los técnicos aconsejan qué hacer desde la siembra para maximizar el rendimiento

 

En un año en que, si el clima acompaña, el maíz podría hacer doblete, alcanzando una siembra y producción récord al mismo tiempo, es oportuno recordar los aspectos clave para lograr un cultivo con máximo rendimiento desde la siembra. Para este ciclo, la consultora Agritrend prevé 4,8 millones de hectáreas, 15% más que la campaña pasada. Hace cuarenta años que el cereal no toca esa superficie, entre grano comercial y ganadería. Sin embargo, algunas fuentes hablan inclusive que podría llegar hasta los cinco millones de hectáreas. En el Gobierno creen que la producción rondará los 28 millones de toneladas, un volumen histórico. La Nacion consultó a técnicos privados y de empresas semilleras que recomendaron los puntos a tener en cuenta, paso a paso, sobre todo considerando que hay zonas que no tienen suficiente humedad para sembrar. Según Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología, hoy 1/3 del área maicera se encuentra "casi bien". El resto se encuentra en una situación entre regular y mal (ver aparte).

Humedad y temperatura en el lote

"Un punto importante es no apresurarse en arrancar la siembra y esperar que los perfiles se llenen o, por lo menos, alcancen un 70 por ciento de la capacidad de campo. Adelantar con los perfiles no bien recargados significa mayores problemas de uniformidad espacial y temporal y perjudica los coeficientes de logro", comentó Guillermo Alonso, de Nidera.

En este contexto, Juan Pablo Ioele, asesor de productores en el sudeste cordobés, señaló qué estrategia adoptaron allí.

"Como sabemos que es un cultivo exigente en agua y que necesita entre 250 y 350 litros por cada kilo de materia seca que produce, no preferimos arriesgar a sembrar antes en ambientes inferiores donde este recurso es escaso. Por eso, en esos ambientes retrasamos su siembra esperando acumular algo durante la primavera y arrancar la siembra a partir de diciembre", expresó.

Según Ioele, allí hay muchos lotes con muy buena humedad debajo de los 30 centímetros, pero les falta en los primeros centímetros. "Para no cometer errores, recordemos que las raíces crecen con agua y no buscándola", dijo.

Federico Rizzo, gerente de desarrollo de Don Mario, aconsejó que si no es suficiente la disponibilidad y recarga (en su opinión, más del 50% de agua útil a un metro de profundidad) se debería diversificar y explorar la siembra con fechas tardías. "Las fechas tardías de la última campaña no sólo mostraron estabilidad, sino que también alcanzaron altos rendimientos", ejemplificó.

En rigor, la siembra tardía es una variante más para tener en cuenta, ya sea porque no hay humedad en el lote como para evitar que el llenado caiga en un momento de fuerte estrés. De algún modo, la siembra tardía viene a confirmar que ya no hay una receta única para hacer el cereal, sino cada vez hay más variantes. Como señaló Gerardo Chiara, asesor del CREA Alberdi: "Al modelo tradicional de siembra en septiembre en potreros de alta fertilidad se le agrega la siembra tardía (fines de noviembre), sobre todo en potreros de menor potencial o con barbecho sucio y ante perspectivas de escasez de humedad".

Para Alejandro Nougués, de Dow Agrosciences, en un año en que probablemente aumente la superficie con siembras tardías o de segunda habrá que prestar atención al ciclo del híbrido a sembrar, especialmente en la zona núcleo o Sur. "En la zona núcleo, si sembrás más tarde y no prestás atención al ciclo, puede pasar que no llegue a completarse [el ciclo] antes de las primeras heladas", indicó.

Nougués añadió: "En las siembras tardías se puede usar la tecnología Bt y, especialmente, aquellas que son específicas para plagas como spodoptera y heliothis. También hay que tener en cuenta la densidad de siembra; no pasarse de plantas ante la supuesta escasez de lluvias".

Julio Lieutier, asesor del CREA Seguí La Oriental, en el norte bonaerense, opinó también que las siembras tardías pueden ser una estrategia para mitigar y superar los efectos de un año Niña. Para esta zona comprenden no antes del 1° de diciembre y hasta el 15/20.

En efecto, la siembra tardía hasta puede ser un recurso "político" para ver cuánto maíz sembrar según las señales que dé el Gobierno.

Un cultivo sensible

Por otra parte, considerando que el maíz es, tal vez, el cultivo más sensible a las fallas de emergencia e implantación, Juan Orfali, de Pioneer, dijo que la temperatura del suelo es un factor clave a no descuidar. Para ello, el uso del termómetro de suelo ayuda a definir si el lote está o no en condiciones de arrancar la siembra.

"Si bien la lectura del mismo nos puede indicar que estamos con temperaturas cercanas a la mínima aconsejable de 10°C [durante 3 días consecutivos], es recomendable tener en cuenta el pronóstico climático para los días subsiguientes, ya que un posible temporal o condiciones desfavorables que impliquen un descenso de temperaturas pueden generar una disminución considerable en el logro de plantas", comentó el especialista. Para el técnico, en los lotes con un alto nivel de cobertura, y donde cuesta más que el suelo "levante temperatura" el barre rastrojos puede constituirse en una ayuda a tener en cuenta.

Densidad, ambiente y genética

En la pampa húmeda se apunta, con un año normal en materia de clima, a un promedio de 75.000 a 80.000 plantas logradas. Pero, según Alonso, ante perspectivas de un verano seco se debe disminuir el porcentaje de plantas buscadas. "Esta proporción dependerá del híbrido, del potencial del lote y de la nutrición, pero podemos promediar un 10 a 12% menos de plantas. Es decir, para esta misma región de altos potenciales se deberían estar buscando entre 68.000 y 74.000 plantas/ha. En ambientes más secos y de menor potencial, como La Pampa, centro norte de Córdoba y Entre Ríos estos porcentajes [de reducción] deben incluso ser mayores", indicó.

Para ejemplificar, el asesor del CREA Alberdi indicó que, ante la incertidumbre climática de un fenómeno Niña, algunos productores disminuirán 5% la densidad de siembra en implantaciones tempranas.

En tanto, Lieutier recomendó elegir bien el ambiente y la genética a emplear. "Hay que elegir el ambiente adecuado para alcanzar altos rindes. El maíz requiere suelos profundos y perfil con humedad", precisó.

Hay que usar híbridos con buen potencial de rinde y estabilidad. "El segundo atributo es sumamente deseable en lotes de calidad regular y en años con pronóstico de lluvias escasas, como se espera en la campaña 2011/2012", precisó.

En tanto, Juan Mascías, de Syngenta, afirmó que el productor debe "tener especial cuidado en elegir el mejor híbrido para cada lote por su potencial productivo por zona agroecológica". Además, según indicó, tiene que elegir semillas con muy buen PG (poder germinativo) y vigor. Recordó comenzar el cultivo libre de malezas y luego continuar así en su desarrollo.

En la siembra, Mascías aconsejó prestar atención a la placa de siembra y velocidad de siembra, la distribución y dosis de fertilizantes.

Por su parte, Celeste Balbi, gerenta de estrategia de producto de Monsanto, comentó: "Hay que lograr una siembra uniforme, con un buen planteo. Esto es clave para lograr un cultivo exitoso". Según la técnica, es importante dedicar el tiempo que sea necesario para la regulación de la sembradora y la elección de las placas de siembra. En esta línea, Leonardo Galli, de Pioneer, señaló que hay que contar con "una sembradora que nos asegure una implantación a profundidad uniforme y una distancia regular entre semilla y semilla".

 

 

Fuente: lanacion.com

http://www.lanacion.com.ar/1404614-sintonia-fina-frente-al-clima

 
Publicado el: 2011-09-12